¡Eh!, maldito realista, ¿querrías tú, por casualidad, producirme
una ilusión, tal que yo me imagine asistir en realidad al
espectáculo que pretendes ofrecerme?
Es de la cruel realidad de los objetos de lo que huyo, cuando
me refugio en la esfera de las creaciones del arte.
¿Qué me importan tus personajes verdaderos, que encuentro en la calle
sin esfuerzo de hojear tu libro? Al menos soy dueño de desviar la vista de allí,
cuando los encuentro bajo mis pasos, mientras tú,
tú me haces ver toda la mugre y toda la miseria.
Lápiz sobre papel. Como matarlos. |
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