La delicadeza lírica.
La paz. La profundidad del alma.
¿Pero que profundidad sería ésta?
sin la belleza (estúpida, sentimental)?
La condena de la belleza
es siempre
(es siempre)
ser sentimental: como el arte,
un golpe bajo.
-Teníamos esas virtudes, sólo ineptas:
en las yemas de los dedos
estaban el juicio
y los signos:
la mujer que se maquilla
y el hombre que se emperra.
La Proclama:
por un arte/sano.
La Pancarta:
los títeres
sufren más.
Lápiz sobre papel. |
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